Para Facundo Sava, el meticuloso técnico de Atlético Tucumán que mueve cielo y tierra para saber -antes que nadie- como forma el rival, seguramente habrá sido una sorpresa la aparición desde el inicio de Aaron Molinas, Nicolás Fernández y Gabriel Alanís, sin embargo, se ve que en esa obsesión que tiene el entrenador a la hora de pensar la estrategia habrá tomado un plan B con algunas consideraciones. Es que, el “17”, el “16” y el “29” son los jugadores más talentosos de Defensa pero a pesar que fueron incluidos a último momento por Francisco Meneghini, no pudieron desnivelar en el juego.
El “decano” entró enchufado al juego y rápidamente impuso condiciones. El esquema fue el tradicional de Sava, 4-4-2, aunque con dos variantes en el “11” en relación al partido con Vélez. Juan Infante y Mateo Bajamich no jugaron desde el inicio, en su lugar estuvieron Matías Orihuela y Marcelo Estigarribia.
Los primeros 20 minutos fueron asfixiantes para la visita que no pudo hacer pie ante la presión local. La linea de tres en el fondo que propuso Meneghini fue en realidad una defensa de cinco hombres, porque Luciano Herrera y Cannavo jugaron como carrileros y eso, a pesar que estuvo ensayado, terminó desacomodando a la visita. Es que Herrera no siente la marca y jugar tan retrasado le quitó el “punch” que suele tener en los últimos metros y Atlético aprovechando la situación hizo clink, caja.
El sector favorito para atacar fue la derecha, con Agustín Lagos inspirado y Renzo Tesuri encendido, las mejores situaciones llegaron por ese carril, sin embargo la jugada del gol se gestó por izquierda. Un centro desde ese carril de Acosta, cayó en la cabeza de Estigarribia que le cedió el gol a Tesuri.
Antes del cuarto de hora Atlético ya ganaba y estaba cerca del segundo, pero a medida que Defensa fue acomodándose el “decano” bajó esa presión alta y cuando no pasaba nada y el partido se jugaba casi sin emociones, Matías Orihuela no pudo controlar una pelota llovida, hizo una jugada de más y perdió la pelota que terminó dentro del arco de Durso.
Los errores individuales fueron una constante durante todo el año y condicionaron varios resultados. Orihuela, Flores y Estigarribia, en ese orden fallaron en jugadas claves que terminaron siendo determinantes, sobre todo el error del lateral y el fallo del “9” en el penal que podría haber significado el 2-1.
El segundo tiempo los cambios de Sava (sacó a Joaquín Pereyra, Mateo Coronel, Guillermo Acosta y Tesuri) le dieron otra impronta al ataque, se cambió el juego asociado -que por momentos dio buenos resultados- por el pelotazo largo para Bonfiglio y “Chelo” que se las ingeniaron para generar peligro, pero la reacción del equipo recién llegó en los últimos siete minutos en los que generó varias situaciones, incluido un penal, pero falló, como casi siempre y en la última hasta pudo perderlo. Los 12 días que tendrán de licencia los jugadores, el cuerpo técnico tendrá que trabajar mucho en la búsqueda de refuerzos, acertar en ese aspecto será clave para que no dispute todo el segundo tiempo con la soga al cuello.